El plástico desechable ha sido durante mucho tiempo una opción popular y económica para las empresas que buscan empaquetar y transportar sus productos, también, en el uso diario de vestuario desechable en industrias como la alimentaria, entre otros usos. Sin embargo, en los últimos años la preocupación por el impacto ambiental del plástico de un solo uso ha aumentado significativamente, lo que ha llevado a un cambio en las políticas y regulaciones de muchas regiones del mundo y en la que España, por ejemplo, ha sido pionera en toda la UE en aplicar un impuesto al plástico no reutilizable, vigente desde el 1 de enero de 2023.
Desafíos para la empresa
Como resultado, las empresas que utilizan plástico desechable se enfrentan a una serie de problemas que van a empeorar con el tiempo. Algunos de los desafíos que tendrán que abordar son los siguientes:
1. Costes crecientes: Las regulaciones y los impuestos que buscan reducir el uso de plástico desechable, están aumentando significativamente los costes de producción y logística de las empresas.
2. Presión de los consumidores: A medida que los consumidores se vuelven más conscientes del impacto ambiental del plástico desechable, las empresas se enfrentan a la presión constante de ofrecer alternativas más sostenibles.
3. Regulaciones más estrictas: Las regulaciones que buscan reducir el uso de plástico desechable están aumentando en todo el mundo. Por ejemplo, en 2021 la Unión Europea prohibió los plásticos de un solo uso como pajitas, cubiertos, vasos, platos, bastoncillos de algodón, entre otros.
4. Riesgo de imagen: A medida que aumenta la conciencia ambiental, las empresas que siguen utilizando plástico desechable se están quedando atrás, asumiendo el riesgo de ser percibidas como poco sostenibles o insensibles al medio ambiente. Esto cada vez hará más daño a la imagen de marca de las empresas que no adopten alternativas.
Cambio de mentalidad
A pesar de estos desafíos, muchas empresas están respondiendo a la presión y adoptando prácticas más sostenibles e iniciativas para promover la conciencia ambiental entre sus clientes y empleados. Cada vez más empresas están implementando políticas de "cero residuos" y “cero emisiones” en sus instalaciones, mientras que otras están buscando alternativas más sostenibles al plástico desechable, como por ejemplo el uso de materiales reutilizables, biodegradables y reciclables, para contribuir así a la economía circular.
En materia de Equipos de Protección Individual y vestuario laboral, en TCR Protección proponemos como alternativa al plástico desechable el uso de EPIs y vestuario reutilizable de calidad y de larga duración. Con esta medida se reduce el consumo de materias primas y gastos directos e indirectos, además conseguiremos evitar regulaciones como el impuesto al plástico no reutilizable en España. Por último y no menos importante, los empleados agradecerán una buena protección, calidad y confort, ayudando a su bienestar laboral y como consecuencia a su rendimiento.
Un buen ejemplo de vestuario reutilizable es el tejido FLEXOTHANE KLEEN de SIOEN, formado por un baño de tres capas de poliuretano de alta calidad sobre una base de punto elástico que lo hace impermeable y cortavientos. El baño de poliuretano forma una barrera impenetrable frente al agua y al viento, mientras que la base de punto le confiere transpirabilidad, una gran resistencia al desgarro y absorbe la humedad corporal.
Todo ello en un tejido ligero como una camiseta, solamente 170 gramos/m²
Las prendas Flexothane Kleen se pueden lavar a máquina hasta 95 grados para su total desinfección sin perder su forma y propiedades, pudiéndose reutilizar sin problemas por un largo periodo. Además, se trata de un tejido ecológico al no utilizar cloruros para su producción, eliminando así la liberación de sustancias dañinas al entorno tras su larga vida útil.
Por supuesto están certificadas para contacto alimentario directo y adicionalmente para riesgos químicos (EN14605 tipo 4) y riesgos biológicos (EN14126)
El vestuario reutilizable de SIOEN con Flexothane es ideal para su uso en la industria alimentaria, agricultura o limpieza industrial, entre otros usos.